La factura flota y rueda

¡Buenos días! Este es el último boletín de 2025…

Logística en cascada. La congestión portuaria dejó de ser un problema técnico y se convirtió en un costo-país: retrasos en el muelle se amplifican en carreteras, patios y aduanas, erosionando la productividad y competitividad del país.

Capacidad desbordada. Diseñado para otra era, Puerto Quetzal hoy mueve más de 12 veces su capacidad original, sin ampliaciones estructurales y con restricciones operativas; con esto, el principal puerto del país es un cuello de botella que encarece tiempos, costos y competitividad.

Obra clave. A meses de iniciar operaciones, Xochi se consolida como una apuesta privada que combina eficiencia vial, sostenibilidad ambiental y desarrollo local.

Siga disfrutando su fin de semana.

Les deseamos felices fiestas y bendiciones para el 2026.

 
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María José Aresti
El costo de la marea se traslada al asfalto
593 palabras | 2 mins de lectura

La falta de calado, ventanas y coordinación portuaria desordena la cadena logística, encarece el transporte y termina reflejándose en precios. Dos expertos y un empresario coinciden: cuando Puerto Quetzal se detiene, el costo migra al asfalto y lo paga toda la economía.

Por qué importa. La congestión marítima dejó de ser un asunto técnico para convertirse en un fenómeno económico que afecta al país. Armando Jacomino, consultor internacional en logística y comercio marítimo, lo explica: “La congestión del mar migra al asfalto.”

  • El calado reducido, buques sobredimensionados y operación sin ventanas de atraque obligan a esperar mareas de hasta seis horas. Esto crea un desfase que se transfiere directamente al transporte terrestre.

  • Cuando el barco se detiene, la carretera absorbe el impacto: llegan contenedores en picos, se saturan accesos y se rompe la programación logística que sostiene la actividad económica diaria.

  • Los consumidores ya sienten la presión: Jacomino advierte que “ustedes están pagando esto”, señalando cómo cada ineficiencia marítima termina reflejada en precios finales y pérdida de poder adquisitivo.

En el radar. La evidencia confirma que el problema ya no está concentrado en el muelle. Un estudio de AJ Worldwide revela que 70 % de los retrasos ocurre en tierra, donde carreteras, patios y aduanas no logran absorber los picos generados por un puerto que opera en modo reactivo.

  • Cuando un buque toca fondo o espera marea, las maniobras se detienen y el transporte terrestre pierde sincronía. Un retraso de tres horas en maniobras puede volverse 7-10 horas más en la cadena terrestre.

  • El desfase entre puerto y carretera se traduce en sobrecostos de hasta USD 150 por contenedor, cuando picos inesperados de llegada desbordan patios y aduanas, profundizando la congestión vial existente.

  • Al depender solo de carretera, el país opera sin margen: cualquier desfase marítimo se convierte en tráfico, más horas improductivas y menor productividad. Esto reduce la competitividad logística a nivel regional.

Detrás de escena. El impacto es cotidiano y acumulativo en el transporte. José Alejandro Ramírez, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de Transporte de Carga, explica que operan con planificación, pero esa lógica colapsa cuando el puerto depende de mareas, clima y sistemas inestables.

  • Un camión puede quedar detenido entre 10 y 12 horas esperando marea alta, con pilotos dentro de la unidad, sin áreas de descanso adecuadas, acumulando cansancio, estrés e inconformidad en un sector que ya enfrenta escasez crítica de pilotos.

  • Los tiempos improductivos se han duplicado. El directivo señala que hoy no es extraño perder hasta un día completo entre puerto, patios y aduanas, generando flotas ociosas en un mercado con alta demanda de transporte.

  • La falta de ventanas rompe la planificación y reduce la eficiencia entre 30 y 40 %. “Los costos del transporte son los costos de la industria”, advierte Ramírez.

Ahora qué. Jorge Nadalini, experto independiente en logística y transporte, advierte que los retrasos en puerto se amplifican en tierra, desordenan la economía real y convierten la situación en un costo-país que Guatemala está pagando. El impacto es sistémico.

  • Las horas perdidas en puerto se suman a carreteras deterioradas, tráfico urbano y trámites. Esto desordena entregas y acumula retrasos que pasan de días a semanas e incluso meses.

  • El costo se reparte, pero no se diluye. Transportistas pierden rotación y eficiencia; empresas enfrentan recargos, inventarios de seguridad y pérdidas de ventas; muchas pequeñas no logran absorber tiempos muertos ni trasladarlos al precio.

  • El consumidor final termina absorbiendo gran parte del impacto vía precios más altos. “Todo el país paga, directa o indirectamente, el costo de la ineficiencia logística”, resume Nadalini. El problema afecta competitividad, empleo y estabilidad económica.

 
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Luis Enrique González
Xochi se prepara para abrir sus vías en 2026

El proyecto Xochi, Corredor de las Flores, avanza hacia su fase final para iniciar operaciones en marzo de 2026. Es una de las obras más relevantes en materia de infraestructura vial en la región suroccidente de Guatemala.

Esta carretera de cuatro carriles, dos por sentido, se extiende a lo largo de 31 km, desde el km 142.5 en San Antonio Suchitepéquez hasta el km 173 en San Andrés Villa Seca. Atraviesa puntos estratégicos como los municipios de Santo Domingo, San Lorenzo, Mazatenango y Cuyotenango.

Su diseño prioriza la seguridad, la eficiencia y la sostenibilidad, con el objetivo de transformar la movilidad en una zona clave para el comercio y el desarrollo económico del país.

El desarrollo de Xochi surge como respuesta a una necesidad crítica: optimizar la movilidad en el corredor económico más importante del país en la CA-2. En la actualidad, los usuarios enfrentan tiempos de tránsito superiores a tres horas en un recorrido de apenas 30 km, debido a congestionamientos y condiciones deficientes.

Esta situación afecta la competitividad del comercio nacional. Por esta ruta circula un alto porcentaje del transporte de carga y productos hacia la costa sur y el occidente. Con esta nueva vía alterna, se proyecta una reducción en los tiempos de traslado y se mejora la logística. Además, se reducen costos operativos y se fortalece la conectividad en la región.

La obra también contribuirá a disminuir los riesgos de accidentes y a mejorar la seguridad vial, debido a un diseño que incorpora señalización moderna, iluminación adecuada y áreas de descanso para los usuarios.

La construcción de Xochi incluye la edificación de 31 puentes, 23 bóvedas y 18 pasos diseñados para garantizar la continuidad de los cauces naturales y la conectividad con caminos municipales existentes.

La obra se edifica para resistir las condiciones climáticas de la Costa Sur y cumplir con estándares internacionales de seguridad y funcionalidad. Esto garantiza la durabilidad de la vía y la protección del entorno.

Las soluciones técnicas son fundamentales para mantener la integridad del proyecto y garantizar que la carretera opere de manera eficiente durante décadas.

Turismo y ambiente

El proyecto de capital privado incorpora criterios de sostenibilidad que lo convierten en un referente en infraestructura moderna. En los laterales de la carretera se sembrarán cerca de 70 000 árboles nativos, contribuyendo a la restauración ecológica y al embellecimiento del corredor.

A lo largo del trazado se habilitarán áreas de descanso y espacios comerciales, lo que permitirá que sea una vía de tránsito eficiente y un destino turístico y productivo. Esta integración de infraestructura y naturaleza busca generar un impacto positivo en la calidad de vida de las comunidades y en la conservación del medioambiente.

La construcción genera más de 3500 empleos directos e indirectos, impulsando la economía local y creando oportunidades para empresas de la región. Programas como Xamba facilitan la vinculación de talento local con las empresas contratistas, priorizando la contratación de personas que residen en Suchitepéquez y Retalhuleu.

Paralelamente, iniciativas como Emprendex fomentan la participación de proveedores locales en áreas como transporte, alimentación y suministro de materiales, mientras que Inviertex abre la puerta a pequeños inversionistas, fortaleciendo el sentido de pertenencia y la inclusión financiera. Estos programas reflejan el compromiso del proyecto con la generación de valor compartido y el desarrollo integral.

Más allá de la infraestructura, Xochi se concibe como un proyecto participativo e incluyente. Integra mecanismos para que las comunidades cercanas se beneficien mediante empleo, emprendimiento y desarrollo productivo. Esta visión refuerza el compromiso de los desarrolladores con la transformación sostenible del territorio y con la creación de oportunidades que trasciendan la obra física.

Con la obra en su etapa final y los programas de responsabilidad social empresarial en marcha, Xochi es una carretera de modernización vial.

En marzo, cuando se inaugure, marcará el inicio de una nueva era para la movilidad en el suroccidente, reduciendo costos logísticos, mejorando la seguridad vial y potenciando el desarrollo económico regional. Este corredor será una solución técnica, motor de progreso para miles de familias y empresas que dependen de una infraestructura eficiente y confiable.

 
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